jueves, 3 de abril de 2014

juana corrales  era una huerfana exposita como de dies y siete años de eadad, de extraordinarias cualidades. retraida. serena, segura de si misma, tenia prudencia instintiva de gacela para conservarse intocable y aislada entre su medio ambiente. era alta y triste, blanca melada y de muy diferente tipo que el resto de la gente de la remota comarca de cosmapa en nicaragua. aquella noche de verano juana casi no pudo dormir. se dio vueltas y revueltas en su camastro de cuero crudo. oyendo alos coyotes aullar muy cerca de la casa en la propia maisera de la finca. le producian calofrios y le erizaban la piel los aullidos insistentes y lugubres. ella solia dormir de un solo tiron coyotes o tormentas. pero ahora no sabia que le sucedia. se levanto de mañanita. se baño con agua fria. amanecida con azahares, en la pila de la caceta de tablas tras del poso, con  solo unos tragos de cafe negro caliente. camino un oco sobre la linea ferrea y tomo una vereda  hacia la cordillera. queria ablar con su prima mercedes gunera. juana iba preocupada. a paso largo y seguro. hizo la media legua de cuesta arriba. en la mitad del tiempo ordinario. sin la menor agitacion. bueno pues juana, con que hoy viene el hombre.¡eh' dijo mercedes moviendo con un cucharon de madera un maiz que estaba nisquezando en una una gran olla de barro. hablaba con el tabaco en un angulo de la boca y con el rostro vuelto a un lado para evitar humo del fogon y concluyo ¡ hoy si que abra parranda' hoy si que tragueo. ¡ que jodido' pues loques yo no pienso ir ala fiesta-dijo juana de manera casual mirando hacia el lado del mar que apenas se veia  alo lejos. alli el patio era una terraza rustica cercada de piedras y arboles el sol o habia salido. los bananales y algodoneras. la selva y todo el paisaje hasta el mar bostezaba todavia cubierto por un vaho de niebla...